Érase una vez una bolita de pelo con ojos saltones y un par de graciosos dientecillos. Un día los dientecillos se le cayeron al suelo pero de repente, sin cómo ni porqué, le aparecieron otros el doble de grandes. La bolita de pelo los bautizó con los nombres de Juan y Perico, y lo curioso era que nunca dejaban de crecer.
Al día siguiente nuestra amiga bajó a la calle y se encontró con otra bolita de pelo y le dijo:
- "¡Hola!, ¿qué tal?"
Y ella repondió:
-"¡Muy bien! ¿y tú?"
- "Bien. Me llaman la atención tus enormes dientes." -Contestó la otra bolita.
cuando dice que le llama la antencion sus dientes antes dise bien
ResponderEliminarSí Adrian. No entiendo muy bien tu comentario ¿Me estás haciendo una pregunta? Lo digo porque en el dictado el "bien" al que tú te refieres, ya está puesto, entonces no entiendo si es una duda...
Eliminarya lo he corregido Miriam.
ResponderEliminarjiate
¡Genial!
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